La democracia, un paso de la representación a la participación
Como se sabe todo tiene un origen, todo tiene un inicio o
proviene de algún lugar, en este caso la participación puede decirse proviene
de la idea de democracia y es un elemento vital de la misma, la democracia no
es democracia sino se da la participación de diferentes sujetos con derecho a
participar.
¿Pero dónde surge
la democracia, que es, que comprende y porque es pertinente dentro de la
presente investigación?
Todos conocemos la
tan famosa cuna de la democracia, Grecia, lugar en el cual se dio origen y
significado a tal palabra, que desde la etimología no es nada más complejo que
poder (kratos) del pueblo (demos), aun así el concepto no se limita a ello
realmente, se han dado varias definiciones de democracia, Jorge Carpizo por
ejemplo define la democracia desde un punto de vista un tanto más político
como:
El sistema en el
cual los gobernantes son electos periódicamente por los electores; el poder se
encuentra distribuido entre varios órganos con competencias propias y con
equilibrios y controles entre ellos, así como responsabilidades señaladas en la
Constitución con el objeto de asegurar los derechos fundamentales que la propia
Constitución reconoce directa o indirectamente. (Carpizo, 2009, p.10)
Desde un punto de
vista más formal la definición de Carpizo se asemeja más al concepto de Estado
de Derecho que al de democracia, pero de una u otra forma el Estado de Derecho
no sería lo que es sin la democracia, es así como partiendo del postulado
epistemológico de democracia y un concepto más político desde la visión de
Carpizo se puede empezar a desarrollar el tema que nos compete, desde los orígenes
de la participación hasta su estado actual.
Como se ha dicho
anteriormente la democracia hace referencia al poder del pueblo o a su
participación activa frente a la toma de decisiones que afectan al conglomerado
social, o el orden jurídico establecido; con el pasar de los tiempos la
democracia ha adquirido facetas propias según el lugar en el que se desarrolla,
implementa y así mismo se ha subdividido en categorías o clases.
Por ejemplo, la
democracia tiene dos grandes ramas o vertientes, la democracia directa y la
democracia representativa, a partir de las cuales ha surgido una alternativa
media entre el conflicto sintáctico y natural entre una y otra rama; la
democracia participativa es una alternativa o herramienta por medio de la cual
se lleva la democracia representativa a un ámbito más amplio que el de la simple
elección de líder, y a la directa a un modo más manejable dentro de los Estados
modernos que por su complejidad y extensión hacen imposible la aplicación de
este tipo de democracia en su forma original o pura.
La Constitución
Política de 1991 en el preámbulo y en los artículos 1 y 3 en Colombia se
reconoce la existencia de la democracia participativa y pluralista, desde el
entendido que en este país la
multiculturalidad es totalmente valida, y además respetada dentro del marco de
un Estado Social de Derecho, junto con el reconocimiento no solo de la
participación si no de la intervención directa o por medio de representantes,
así:
PREAMBULO. El pueblo de Colombia, en ejercicio de su poder soberano,
representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente,
invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la
Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la
justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco
jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico
y social justo [...] (Subrayado fuera de texto)
ARTICULO 1o. Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma
de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades
territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto
de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la
integran y en Ia prevalencia del interés general.
ARTICULO 3o. La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual
emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus
representantes, en los términos que la Constitución establece. (Subrayado
fuera de texto)
Aun así el
reconocimiento legal no es suficiente, puesto que el paso de lo formal a lo
material siempre es complicado, y en un país como Colombia donde las normas
abundan pero la tolerancia es poca, la realidad es que de los tipos de
participación y democracia de que habla la Constitución son pocos los que
realmente se hacen realidad.
Cuando se habló de la identificación del problema se explicó que
aun cuando dentro de la constitución política se daba cabida a la democracia
representativa, a la directa en un marco restringido, y la participativa como
una regla general, el escenario es otro, la democracia representativa prima, la
directa y/o participativa no se ejerce y los mecanismo dispuestos
constitucionalmente para hacerlo no son utilizados por diferentes razones.
Las personas cada vez creen menos en lo político, pero de todas formas
para intervenir de alguna manera frente a las decisiones que se toman y les
afectan pues son de carácter general, votan o escogen un representante que
consideran sino totalmente capacitado e Íntegro si al menos aceptable dentro de
un vista superficial.
Por ello se hace pertinente decir que ‘Entender, en toda su complejidad,
el concepto es la mejor herramienta para poder enfrentar el fenómeno de la
participación política y, de esa forma, ser capaces de analizarlo y describirlo
de una mejor manera.” (Araujo & Villareal, 2011, p.172)
La democracia directa es según Merino, Ugena y Vera (1995), “el modelo
de gobierno en el cual el pueblo se reúne en asambleas o en comisiones para
tomar las decisiones políticas”, es por ello la complejidad de su implementación
en los estados modernos que tienen millones de habitantes, puesto que no se
puede reunir a por ejemplo a una cifra parecida a la que conforma a nuestro
país, (40 millones de personas aprox.) para el debate de la toma de cada una de
las decisiones.
Lo anterior por varios aspectos, ya que no hay un lugar tan
grande como para reunir esa cantidad de personas, la probabilidad de que se llegue
a un acuerdo objetivo de una manera mínimamente ordenada en un tiempo prudente
es casi improbable y se crearía una inseguridad jurídica y “logística” u
organizacional dentro del Estado de un tamaño indescriptible e inmanejable. [...]
Araujo & Villareal, (2011), Retos de
la democracia y de la participación ciudadana Editorial Universidad del Rosario
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